El Arlequín

ANTONIMOS SUCULENTOS.

(Anti poesía.)

 

Has de saber:

Que si los estentóreos bufones divertían a  poderosos de las cortes reales; en ultraterrenos los campesinos cultivaban habas y en el infierno habitas.

Que si el infierno dicen es ardiente, divertido y castigador; ¿entonces porque en el infierno de los celos, hasta llega a haber en obsesión enfermiza quien se quita la vida?

Que si la vida nos depara un tormentoso viacrucis; la duda será, ¿si después  llegaremos a un mismo cielo?

Que si el cielo tiene estrellas; cuando en eclipse, ¿el sol en sutil realidad tendrá con certeza a Diana?

Que si Diana estando llena, rige el movimiento de las mareas;  también acelera el número de nacimientos en los seres humanos.

Que si nacemos es para morir, y primero morimos de amor y después renacemos en la esperanza.

Que si la esperanza muere al último, también la imaginación muchas veces es inerte deseo.

Que si mi deseo es tan grande, el marco que cuelga en mí sala, ya también porta este poema.

Que si los poetas cantamos con palabras; Adán tuvo a Eva y Eva tuvo a Adán, ambos exentos de la  bigamia.

Que si la bigamia es la dueña del pecado, desvístete y cállate querida mía… No, perdón, tengo una seria excusa, por lo regular siempre es por culpa de otra dama.

Que si tu dama y yo varón; también hay hadas,  pero también existen las brujas.

Que si las brujas y las hadas tienen orejas y bocas, también habrá chismes así como secretos.

Que si los secretos en el silencio son bienes intangibles; es más fácil encontrar rosas en el inmenso el mar.

Que si el mar es acribillado cuando se dice que es inmenso y no bello; en cambio la vida nos parece demasiado corta: con el filo de la noche.

Que si el filo de la noche es inspiración de suicidas; las rosas que no son recibidas, hieren tanto como sus espinas.

Que si las rosas tienen espinas, que te preocupa si al final tú me tienes a mí.

 

Y en este  final todos nuestros sueños se van a guardar en una  etérea alcancía.