Aunque te recite o cante
abundantes odas
de amor apasionado,
me ignoras...
Sin embargo, te diré:
que me enamoré
cuando te ví
por primera vez.
Simplemente, podía ver
que te iluminabas
como un cuerpo celeste
y que escarbabas
de una forma vehemente,
en lo más profundo
del difuso
mundo de mi alma.
Pero, puedo advertir
que nunca seré tuyo,
ya que me descartas
cual material en desuso.
Con mi corazón herido,
tan sólo me queda aceptar
que soy un
\"no correspondido\"...
Adolfo César (NAZARENO)