Vivo perdido en el horizonte de mi desgracia,
Por no encontrar a la reina, que cultivara mi infancia;
Pero mi corazón vuela, por tierra mar y aire;
Buscando la senda en donde descansar, un instante…
Ahora que vivo en las dunas del retiro de la vida
Estoy descubriendo….
Que “Dios” nos dona el jardín del edén y la alegría
Y no sabemos apreciar este su tesoro….
Divina vejez, aunque sea la meta final de la vida…
Gracias “SEÑOR” por llenar mi desván del tesoro;
Más preciado para el ser humano….
La caricia desnuda envuelta en amor y desvelo;
Eso es para mí la existencia, amar y ser amado…
Buscando la luz todos los días, del sol y la luna
Y la mirada limpia, de tu mundo….
Ese que deseas, quieres y amas, más que a tu alma;
Gracias “Dios” mío por regalarme este sueño divino.
¡La vida, es como un sueño despierto que dura una eternidad, yo busco en él su caricia, para sentirme en paz!
¡Relajado entre sus dunas, en playas del Mediterráneo con el sol del levante dorando la silueta, de mis musas!
¡Sirenas con cuerpos de infarto, suspiro al mirar su piel bañada en aguas saladas, posando en sus tibias arenas!
Modesto Ruiz Martínez 23/11/2009