Gatozilla

Ya te querrĂ¡ alguien

Tu corazón inexorable

ya no espera a su Ken

llegando en su auto deportivo rojo,

las cursilerías como

un chocolate, unas flores,

un te amo, unos aros,

ya no se ganan tu perdón.

Tu amor caústico, inquino,

airado, herido por el paso 

de hombres 

que se van luego de abrirte 

las piernas,

permanece estatico bajo el umbral

de tu decepción,

la pesadumbre de tu promiscuidad

te deja sola,

te castigas por querer ser amada.