- POETAS -
No nos conmovía la estática naturaleza,
sus montañas con su cuerno nevado
y su vegetación inclinándose al viento,
éramos nosotros aclamando su animación
entre copas de vino y lienzos postreros.
Las ramas rasgaban el aire contrariado
silbando la espesa murga monótona
que nuestras guitarras al paso enlucían
comulgando con el pitillo compartido.
Nada se escucha sin todas las palabras
que aderezan el pasmo de la escarcha,
ni el ocaso esculpe las extensiones
en una página en blanco que se precie.
Nuestro celo era un tumulto ebrio
que postulaba a los costados de la nada
una respuesta que coreábamos sin escuchar
desde el estrado donde siempre fuimos
y nuestro colorido aliento configuraba.
Kabalcanty©2012