Cual sinfonías en mis oídos,
de suaves notas musicales,
que recorren mis sentidos
¡Es tu voz, tan inolvidable!
Hiciste con tintas indelebles
en lienzo blanco con pinceles,
mi camino hacía tus vergeles
de aromas de rosas y claveles.
¡Ay! ¡ qué imborrable es la tinta !
galopes estos que yo siento,
así dibujaron dulce tus labios,
remembranza mías de anhelos,
Aun pasara miríadas de años.
Mi mente esta fiel mi carne,
y anhelando fiel en el verbo
razón acepta, comprende.
Mis ojos gotearon de roció.
en el bullir de aguas de un río,
¡Oh! fuego apaga tu mi hastió.
“Y en brazos ya de Morfeo
mis ojos perdieron el sueño
murió la flor, en total olvido,
en el olor de un viejo libro”.