Sólo puedo ver el dolor.
Transgresión sin temor;
No saben ni pueden reconocer su error.
¡Tanta maldad, tanta injusticia!
Mentira y engaño,
que hacen tanto daño.
Este dolor me roba la vida
no me deja ni dormida.
Oigo en mi ser la constante queja ...
¡Vida bendita cuando el perdón todo ello aleja!
Sólo el amor me da una razón
para escoger el bendito perdón,
y dejar en el olvido ese dolor
para volver mi alma totalmente al amor.
Mi vida libera de la angustia.
No quiero pensar.
No necesito razonar.
Mi única razón
es mi corazón,
que grita fuertemente:
¡Al odio dale la espalda!
para que pueda reinar la calma,
y el amor puedas abrazar eternamente,
y tener la felicidad siempre al frente.