“Iceberg”
Tiempo dado al tiempo,
deserción de horas, siglos,
y pequeños momentos.
Señuelo en vuelo,
que nada recuerda,
ni siquiera aquel cl-amor.
Tiempo regalado
al tiempo exacto.
Escamoteando,
rendido, acuchillando
un vaho luminiscente;
humor candente.
Demente por soñar.
Eternamente, un quizás,
este Albaicín a-negado,
y aquella gota ambarina
que rebosó cada sepelio,
cada silencio.
Tiempo, y más tiempo,
demasiado.
El momento del adiós,
un instante de recuento…
noche como boca
de lobo, como pegajosa
piel de enroque.
Noche de hielo, cielo
flotante.
Hay tanta lágrima
bajo este mar...
'Azerín'