Ayer, día domingo,
estando en los pagos
de un hermano mío,
al cual hemos ido a visitar
nosotros, sus hermanos,
fui a la misa dominical
por la mañana,
día de la Resurrección
de Nuestro Señor Jesucristo.
Alguien más se presentó
en la misa: un perro.
Un hermoso perro color canela
con manchas blancas.
No se qué raza es.
Pero su presencia en la misa me impactó.
Caminaba muy ceremoniosamente
con sus patas por cada tramo
de la iglesia,
como buscando a su dueño.
Se paraba, observaba,
y así sucesivamente,
en toda la Sagrada
casa del Señor.
Cuando el sacerdote
realizaba su homilía,
el perro se paró
delante de él
a escucharlo,
por unos instantes.
Quedé impactado
por su actitud.
Después de la misa,
me entero de que este perro
hace muchos meses
que asiste a ellas.
Su dueño falleció
y en todo velatorio
que después que finaliza,
y llevan a un muerto al cementerio
él va detrás del cortejo caminando
al sagrado hogar
de los muertos.
Realmente, HE QUEDADO
SORPRENDIDO POR ESTE RELATO,
EL CUAL ES TOTALMENTE VERÍDICO.
Todos los derechos reservados del autor (Hugo Emilio Ocanto - 01/04/2013)