"Sabes... ya no tengo anclas en mis pies...
y siempre creí ser un bote de pesca...
y me fije que los peces no saben volar..."
...Y me fije que el mar no tiene su código de barras en botellas...
y que los números que digitan sus lágrimas
no yacen atadas a un colapso mental-literal...,
que los rostros son diferentes a medida que se destapan sus bocas
...............................y que sus lamentos se hierven dentro de la sal
ingerida por aves desconectadas del techo...
?y
quién
sabe
sí
las
aves
saben
nadar¿
cuando ya los peces no encuentran respuestas del vuelo...,
y es poderosa la imaginación
para atrapar partículas enfermas
en la sed de aprender el mismo idioma
en diferente lengua... otra vez atado al silencio...,
otra vez balbuceando el mismo código
ajeno a todos......., y todos ajenos a mí,
y yo... simplemente el deseo de un sueño incompleto -la vida distante.
(Pero tan parecida a la mía)
en la la vía
de un camino torcido
cuando ya mis pies no son anclas
y mis zapatos huyen de las huellas
borradas...
en un mar vomitado
de una botella quebrada...
-mi sangre hiriente en el cristal interno
de mis entrañas-
Moribunda son las costras
de una herida que no duerme,
sino... -
que revive el luto de sus noches
para amanecerse un dolor eterno...
Creciente es la luna oxidada
fermentada en una palabra
-doliente y enferma-
en ciclos sanguíneos
de un corazón atropellado
por la erosión de las lágrimas...,
!Doliente...¡ es el eco solar
alojado
en la fisura
de los ojos
cayendo
en el vacío
de una voz
quebrada,
sombra
de terroristas
íntimos
escribiendo
los mismos
versos
acústicos
en la mar
fermentada
luto
de caídos
nadando
y de peces
aflorados
en la boca
desdichada
del preludio de mi pena...
Ni vida tengo para encender los mitómanos de las cenizas;
ni soledad dibujo en la expresión sonámbula
de rostros incautos en los traumas
de mi obsesión ajena a mis instintos reales
por escribir realidad cuando ya agonizo
siendo un pedazo migrado del cuento que aún no conozco...
/La realidad que no conozco
la realidad ajena a mis ojos...,
hechos que caen por su peso
y la gravedad es testigo de mi caída
cuando elevo mis ojos a un sol desteñido
agonizando junto al ocre-tiempo
el lenguaje de mi corazón marchito/