Llegamos a una etapa de la vida, en que comenzamos a ver y sentir cosas que pocos tenemos la oportunidad de conocer. ¡Sí! Las bendiciones de Dios; su mundo que esta y no esta en este. Pero nos falta un toque mágico de amor de luz divina para que nuestro corazón y espíritu se abra al mundo que todos queremos conocer.
Aunque no creas hay algo divino que nos une con el todo; que es Dios. Somos una gota de existencia del gran manantial divino que nos dio el despertar a cada uno de nosotros en nuestro yo interno, en lo profundo esta el espíritu y la esencia divina del creador. Que cada día de vida lo desarrollamos cuando la magia de Dios del sentimiento nos invade y nos lleva a su paraíso escondido por nosotros mismo.
No miremos nuestra creación en nuestro mundo. Aprendamos a ver un poco mas a lo profundo de lo que no podemos ver ni entender; pero sentir. Y así sentirás el encanto o no sé que, pero...... será maravilloso ese sentir que te invade y no tiene explicación ni razón alguna para la mente, pero sí para el espíritu.
Aprendamos a sentir para poder dar, ver, perdonar y amar a todo ser viviente y así llegar o acercarnos a la luz del amor que cada día la sentimos. Y Dios no las da y no la vemos. Sé un poco flexible y abre tu corazón, o sentido oculto de emoción que sientes y no entiendes, déjalo escapar para que con tu ser se llene de ese algo divino que no entendemos. Y hemos dejado olvidado o encerrado muy dentro de nuestro yo.
Por eso, en esos momentos de nostalgia o tal vez de paz o no sé que... Libérate Dalos sin pensar, sin barreras sé tú en ese momento y te llenaras sentirá el paraíso muy cerca. Imagínate o tal vez no te imaginas lo que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros, solo el pensar que somos hechos a su pensamiento e imagen nos llena de luz divina.