En una calle de una gran ciudad,
confundido entre la gente caminaba
un mendigo, que su paso era muy lento
y pude darle alcance, para junto a él seguir andando.
Me miró, y en su mirada, vi tristeza y desconfianza,
al ver que yo quisiera junto a él caminar
porque sabía...que al ser un pordiosero,
muy pocos seres junto a él querian andar.
En su espalda cargaba enorme fardo
que por su peso casi no podía avanzar
le pregunté con discreción, que en él cargaba
y en lacónicas palabras asi me contestó.
- Este fardo está lleno de dolor y sufrimiento-
que nunca de mi alma las podré arrancar
de cuando me acerqué a algunos seres,
Pidiéndoles me dieran aunque fueran...
algunas migajas de amor y compasión.
Pero en sus miradas veía solo desprecio
y como soy mendigo creen no siento dolor
porque no piensan que también yo soy humano
que sufro y lloro como cualquier mortal.
y aunque a nadie le interese lo que siento
yo también de Dios, soy su creación.