Son tus cabellos tan finos como la seda del Nilo,
Tus labios color carmesí claman el llamado de este servidor sin poder oponer resistencia,
Tus brazos son tan suaves como el pecho de una paloma,
Y es mi corazón prisionero de tu amor apasionado…
Clamo a tu presencia obsesionado con poder verte y sentir aquel amor ausente,
Ausencia que yo conozco, amor que no entrego, amor que no obtengo,
Pero que daría con toda mi alma y con todo mí ser,
Por siquiera tan solo un minuto de tu largo amanecer…
Apabullante es mi conciencia, y sensible mi dolor,
Busco respuestas y no las encuentro,
Busco melodías que calmen mi ansiedad y solo te encuentro mucho más,
y es por eso que pido a Dios sea mi testigo, pues este amor ha marcado mi leal corazón despertino…
Tu boca es esencia y néctar de pasiones,
Fragua contra mis sentidos y los enloquece,
¿Será acaso que es imposible olvidarlos? o es que siento que mi corazón me ha traicionado por el deseo subordinado a soñarlos…
Déjame ser aquel que pruebe la pasión,
Déjame vivir este sueño del cual nunca deseo despertar,
Déjame depositar todas mis esperanzas en tus labios, mi ilusión en cada caricia, mi anhelo en cada mirada, mi amor en cada segundo de mi vida apasionada…
Tengo mucho más que decirte a través de estas palabras,
Tengo más que darte con el corazón y engalanarte,
mucho más que mostrarte, más que decirte, más que amarte,
Pero algo de lo que no puedo hablar, es de la sensación que sentiría si tú no estás…