No hay nada mejor que nos hable
de la distancia
que el gusano metálico del ferrocarril.
Dime loco
¿qué haces gritando y corriendo?
¿Pasaste por mi casa de adobe y paja?
¿Tu humo se confundió
Con la leña de mi madre?
Te vio ella, se que sí
Pues llevas su mirada,
veo sus madejas oscuras
tejiendo a tu paso
el cielo y la nubes.
Ferrocarril que te vas de viaje
con tu raudo horizontal y paralelo
desatas balidos de ovejas a tu paso
y el masticar de los bueyes.
La tierra tiene sabor de apresuramiento
en tu vientre.
Sabor a eucalipto, a trigo al sol.
Oh general de largos brazos
los árboles son soldados
Que se enfilan
y tú pasas revista
a sus hojas oblongas
a sus verdes pulmones.
Una tarde cabalgué
sobre tus lomos
lisos y convexos
me bautizaste con carbón
y fui moreno
reías con carcajada de piedra
trotabas con redondas herraduras
y tus espuelas de vapor.
Algo muere en ti y en mí
en lontananza.
Muchas veces
he dejado mi equilibrio
y mi espacio
Para dar paso a tu paso.
Ferrocarril
saluda a mi madre
con tu humo blanco
con tus lágrimas fluidas de vapor
cuando la veas.
(No olvides traer sus madejas
para cobijar mi soledad)