En la silla del salón donde te conocí, allí esperaré por ti, de una mano llevare un ramo, son rosas rojas como el color de tu boca y en la otra mano tendré lista una caricia.
Juntos pasearemos por el parque aquel donde la primera flor te regale, a tus ojos mirare y bajo el cielo te juraré que para mí no existe otra mujer.
Del brazo te tomare y orgulloso caminare pues por las calles iré acompañado de su querer, algunos me envidiaran, pues no encontrarán amor como el de nosotros igual.
Pasan los años y crece mi amor por ti, supongo que es porque con ninguna otra fui como contigo tan feliz, tal vez sea el hecho de sólo tú me haces sentir así.