Apareciste tú
envuelto en aroma de quimeras,
despertando sueños,
iluminando anhelos,
robando con tu mirada mi aliento,
llegaste tú
para inspirar mis versos...
Pero, ya no te encuentro
no escucho tu voz,
ni tu mirada decora mi cielo,
y lo más triste es que sin ti
mi pluma muere en silencio...