…Y recuerdo cuando tus labios impacientes jugaban por mi pecho
elevando los botones de mis montañas,
provocando un estallido de humedad en la cueva cálida y tibia de mi intimidad.
Cuando tus manos descendían el camino del deseo,
buscando saciar la sed en mi océano,
naufragando en oleadas de placer, en gemidos de pasión…
sintiéndote piel a piel
elevándome al cielo en el eterno abrazo del amor.
Y recuerdo tus caricias
lánguidas y suaves, tu ternura y fiereza
tu urgencia en un arrebato...y me pierdo
en el musgo de tu piel,
dulce provocación.
Agnesse*
D.R México