Afrontando los golpes brutales dados por mis pensamientos,
todavía están las heridas abiertas de lo inconcluso,
todavía me atormenta la confusión de el por qué,
todavía me aplastan las miradas esquizofrénicas del vulgo,
hay poseedor de la sabiduría, poseedor de la luz,
despiértame de esta conflagración,
parálisis de corazón que solo se atreve a observar mi catástrofe,
ayuda, despiértame de este amaestramiento forzoso.