Doña rana está contenta
se ha comido un bocadillo
sin utilizar cuchillo
sus apetitos sustenta;
mientras allá se lamenta
de lejos bella mosquita,
porque la rana maldita
se tragó a su compañero
en aquel vuelo primero
lo capturó la ranita.
El estanque relucía
como todas las mañanas
en verdes aguas lozanas
la vida resplandecía;
conforme el día nacía
era todo expectación
laboriosa agitación
las frescas aguas recorre;
mientras anuncio que corre
perturba a la población.
Está triste la Lucía
por la suerte de su esposo
ya que en vuelo peligroso
no llegó al final del día;
rápida fue su agonía
en lengua tan pegajosa
con la que rana babosa
acabó con su marido;
el pobre cayó rendido
en la mortaja viscosa.
La batracia satisfecha
cuida de sus renacuajos
y entre alegres agasajos
sus flatulencias desecha;
por que la rana sospecha
que hay problemas al asecho
en aquel bendito lecho
donde habita en el estanque;
cuida que nadie le arranque
sus hijitos de su pecho.
Un cangrejo algo impaciente
anda todo atolondrado
sin querer se ha tropezado
con la ranita de frente;
escuchó que en la naciente
se han reunido las abejas
para discutir las quejas
contra la rana tragona;
misma que por comilona
piensan poner tras las rejas.
La mosquita enloquecida
les narra historia macabra
con enérgica palabra
se lamenta enfurecida;
la colonia enardecida
por terrible sentimiento
quiere dar un escarmiento
que prevenga y aleccione;
además que condicione
a la rana el alimento.
Ha propuesto un pececillo
repatriarla al viejo charco
donde el alimento es parco
y el agua es de escaso brillo;
allí crece un bejuquillo
de frutos algo picantes
que se cuelgan abundantes
en ramitos colorados;
serían buenos bocados
para apetitos chocantes.
Le han pedido a don cangrejo
que les prepare un canal
para desviar el caudal
hasta alcanzar charco viejo;
donde enojado concejo
la rana va a encerrar
ahí la han de desterrar
con todo y su descendencia;
para que tome consciencia
y sepa al vivir honrar.
La ranita está asustada
por lo que llegó a su oído
la sentencia le ha dolido
y ahora salta angustiada;
llorando desesperada
croa triste sus temores
no han de faltarle dolores
ni a ella ni a sus hijitos;
pide piedad a los gritos
con terror pide favores.
La Lucía compungida
por la suerte de los niños
se debate entre cariños
y venganza genocida;
su dolor ella no olvida
más conoce de ternura
y a la rana le asegura
que ella le acompañará;
y a todos procurará
cuidados sin amargura.
Así la mosca prudente
forja con sabiduría
una razón que valdría
para apaciguar su mente;
mas vale ser consecuente
con párvula descendencia
ya es bastante penitencia
ser víctima del destierro;
más aún cuando ese yerro
no fue de su competencia.
De esta manera la bella
la lección reflexionaba
mientras a su vez lloraba
toda la tragedia aquella;
corren tristezas en ella
sabiendo es inevitable
que ante un acto despreciable
debe de haber consecuencia;
aunque también la clemencia
es un don aconsejable.
Nada habrá de regresarle
la existencia a su marido
ni el castigo prometido
podrá su dolor cesarle;
entonces cómo cobrarle
deudas de honor a terceros
de intereses pagaderos
en tristeza por los chicos;
haciendo su vida añicos
mostrándose tan severos.
Por los errores de vida
a veces sufren los hijos
que en complejos acertijos
sangran por ajena herida;
toda decencia perdida
acarrea consecuencias
más no se legan herencias;
en progenie que inocente
no es mas que un ente emergente
de dolores e injusticias