como un espiritu que huye retenido
en el umbral del cielo y de la tierra
con el silencio prófugo que encierra
el ruido de saberse arrepentido
como el que, del perdón no se ha servido
y nunca halló sosiego, nada yerra
como el que anhela paz desde la guerra
buscando en el amor los parecidos
anhelo del pudor sus extravíos
que labran en mi piel tu lejanía
para dudar que vivo de tu hastío
e imaginar que me amas todavía
al descubrir de lleno en el vacío
que no serás jamás del todo mía