LLEGÓ SILENTE EL AMANECER,
Y YO SERVIDOR HENCHIDO
DE INMENSO ORGULLO A TUS PIES,
SOBRE MIS PASOS PERDIDOS
QUISE ALZARME EN TU CLAVEL,
Y YA EN SU COPA RENDIDO
QUISO MI ALMA FALLECER,
Y AL CAER DE ASOMBRO HERIDO
TUVE UN ÚLTIMO PLACER,
DEJAR MI CUERPO SIN VIDA
DE AMOR FLAGRANTE A TUS PIES.