Brillo de luna y estrellas reclama,
en las noches el solitario cielo,
en callado pensamiento te llama,
un corazón en continuo desvelo:
Una hoja cae al mecerse la rama,
y al morir, lentamente abona el suelo,
despierto y encuentro sobre mi cama,
hebras finas de tu dorado pelo:
En el cáliz de una rosa está el cóctel,
invitando a beberlo lentamente,
y en tu boca, suaves labios de miel,
convierten en culpable al inocente:
Sueña el niño reposando en la cuna,
con caramelos y nubes de algodón,
sueña el hombre mirando la luna,
explorarla hasta el último rincón:
Suenan las seis cuerdas de mi guitarra,
cantan alegremente un dulce coro,
mi corazón con sus latidos narra,
en breves versos cuanto te añoro.