Que no, que no
Que no duele, que una se inventa su colmena
Y ahí se va, dando tumbos
Suplicando amor al nido de mariposas incandescentes
que tiene por cabeza.
Esto no es poesía
A quién se le ocurrió decir de esta mortaja vestida con plumas
Picoteando motivos y nadando a solas contra el viento del suicidio
-es belleza-
También es cierto
Una vive triste, se sabe triste y pone la pared en blanco
Para no prostituirse
al ventilar la miel que tiene por condena.
Y una se sabe triste con los dedos de plastilina
Alargando la vida en el sudario de la tierra,
La tierra pone los lirios en su centro
Una cruz de diamantes
Y una linda lápida: aquí se soñó un poeta.
Esto es un sueño
Levanten a la que sueña
Abracen a su sombra
Bostecen a su demonio
Jueguen a la Rayuela
Pero no, pero no le dejen que crea
Crea el día y la atmósfera se acopla a su tirantez de espasmos
A su sublime patear de cristales
Que de tanto soñarla, ya no la recuerdan.
Y sí, y sí
La vida es bella.
La realidad se cuelga en este papel mojado
en su caminar de manos
Nos, nos tropieza.
Caemos
Y sí, y sí
Traigan un cielo para esta crucifixión de párpados
Y traigan un poema
Para encerrar el amor, sentir el amor
y soltarlo
como el arma homicida
serpenteando su bala
en una cortina de lluvia.
Pero no, no!
Una se elige en la orilla de su dulce tristeza.
Memoria de un capullo arropado en lenguajes de ausencias.
Fin.
...