Sara (Bar literario)

Anti- autorretrato

Que no, que no

Que no duele, que una se inventa su colmena

Y ahí se va, dando tumbos

Suplicando amor al nido de mariposas incandescentes

                                                                              que tiene por cabeza.

 

Esto no es poesía

A quién se le ocurrió decir de esta mortaja vestida con plumas

Picoteando motivos y nadando a solas contra el viento del suicidio

-es belleza-

También es cierto

Una vive triste, se sabe triste y pone la pared en blanco

Para no prostituirse

al ventilar la miel que tiene por condena.

Y una se sabe triste con los dedos de plastilina

Alargando la vida en el sudario de la tierra,

La tierra  pone los lirios en su centro

Una cruz de diamantes

Y una linda lápida: aquí se soñó un poeta.

 

Esto es un sueño

Levanten a la que sueña

Abracen a su sombra

Bostecen a su demonio

Jueguen a  la Rayuela

Pero no, pero no le dejen que crea

Crea el día y la atmósfera se acopla a su tirantez de espasmos

A su sublime patear de cristales

Que de tanto soñarla, ya no la recuerdan.

 

Y sí, y sí

La vida es bella.

La realidad se cuelga en este papel mojado

en su caminar de manos

Nos, nos tropieza.

Caemos

 

Y sí, y sí

 Traigan un cielo para esta crucifixión de párpados

Y  traigan un poema

Para encerrar el amor, sentir el amor

y soltarlo

                    como el arma homicida

                                                  serpenteando su bala

              en una cortina de lluvia.


Pero no, no!

Una se elige en la orilla de su dulce tristeza.

Memoria de un capullo arropado en lenguajes de ausencias.


Fin.

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