De espalda al precipicio
desterrando el vértigo
en eterna y estática huida
esquivo el viento
me traspasa
me diluyo
en el azul
profundo
del lánguido horizonte
De espalda a la verdad
agoniza la llama
de una hoguera incombustible
inagotable
que suspira
que me abrasa
con silencio
mientras grita
con sus brasas
De espalda al tiempo
se rompen conjuros
llueven los recuerdos
lloran
dos lamentos
y yacen seguros
en el foso oscuro
los locos momentos
de un amor muy puro