Posa sus alas bajo la lluvia tenue,
sin dejar de moverlas un instante;
otra mariposa viene,
y hace algo semejante.
Instantes después emprende el vuelo,
se posa en una rama en las alturas,
sabe bien que el sol del cielo,
hará sus alas...otra vez duras.
Autor:Bernardo Arzate.