Hace tiempo que no escuchaba su voz, la verdad es que no sé bien desde cuándo porque soy malísima con las fechas, pero sé que ha sido varios años, aún tengo la imagen de su rostro guardada en mi memoria desde la última vez que lo tuve frente a mí.
Hoy pintaba como un día normal, pero es increíble como una llamada por teléfono cambia las cosas. Estábamos mi hijo y yo desayunando en casa de mi madre, cuando sonó el teléfono, ella contestó apresurada y le vi una sonrisa que iluminaba su rostro y al instante prodigaba toda clase de bendiciones que una madre y sólo una madre puede dar a sus hijos con ese amor que lo cubre todo; y entonces supe que era él porque el corazón me dio un brinco en el pecho.
¡Dios! Hace tanto que no lo veo y tanto tiempo falta para verlo otra vez…
Siempre me había hecho la fuerte porque simplemente no quedaba otra opción, sé que él está donde está por sus acciones y yo poco o mejor dicho, nada puedo hacer para cambiar eso.
Cuando mi madre me dijo que mi hermano menor -único varón de la familia- quería hablar conmigo, puse el celular en mi oído pero no pude pronunciar palabra alguna, del otro lado del teléfono había un silencio que fue interrumpido por un sollozo, yo tenía un nudo en la garganta y cuando pude hablar le dije “Mi niño, te quiero mucho”…
Crystal CG.