Alma de fuego

Verte en mis sueños

Amanecí con la boca roja

de tanto besarte en sueños

donde tu amor era el dueño

y yo la caricia que moja,

donde las almas se tocan

en lo oscuro de la inconciencia

y seducidas por la experiencia

a ese consuelo se arrojan.

 

Amanecí en el cálido abrazo

de tu cuerpo invisible

y en mi respirar apacible

quise otro ocaso

para encontrarte de nuevo,

para beberte despacio

y derretir los topacios

con besos de fuego.