Con tu vestidito rojo
moviéndose con el viento,
luces coqueta y sensual
en los campos y los huertos.
Eres silvestre y bella,
amapola carmesí,
entre el verdor de las hojas
apareces en abril.
Seduces al caminante
que se enamora de ti,
de tus ojos de azabache
y tus labios de rubí.
Tienes miedo a sus caricias,
pues te pueden destruir
puesto que además de hermosa
eres también muy sutil.
Un romántico pintor
será tu amante perfecto
pues tu belleza plasmará
en alguno de sus lienzos.
También lo será el poeta
que te dedicará sus versos
ambos te dejarán libre
para que sigas viviendo.
Serás la musa que inspira,
que hipnotiza al que la ve,
pero que nadie jamás
debe nunca poseer.