FERNANDO CARDONA

TEMPLANZA

 

TEMPLANZA

 

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Para ser grande, poderoso y fuerte

Antes que alimentarte como un buey,

Y someter a tu poder a gentes

Que no tienen ni fuerza ni poder,

 

No vivirás para comer. Decente

Será tu plato porque menester

Es que tengas salud, la suficiente

Para que puedas en la lid vencer.

 

Y cuando en el afán de cada día

Encuentres la labor que mas te hastía

Y la que menos te provoque hacer,

 

Hazla despacio, sin afán y ansía

Superar con tu obra la que hacía

Aquel que te enseñó a cumplir deber.

 

II

Si es tu deber el dirigir los hombres

Que la vida llevare ante  tu mando,

Serás más fuerte que ellos, pero noble

También Serás al conducir sus actos.

 

Humilde es la raíz del alto roble

Tanto que ni se muestra, pero al árbol

Le da el poder de estar de pie aunque sople

La más violenta tempestad de mayo.

 

Humilde si, pero templada al fuego

Como una espada de irrompible acero

Será la voluntad que guíe tus actos.

 

Y así serás más fuerte que un lancero

Y alcanzaras la claridad del ciego

Que puede ver el mundo con su tacto

 

III

Se fuerte solo cuando sea preciso,

Valora al hombre que tu mando acata,

Trátalo bien,  pues no por ser sumiso

Se le puede mandar a grito y pata.

 

Se valiente en la lid, porque tu ejemplo

Llenara de coraje al subalterno,

Y si ganas laureles, sube al templo

Y desde allí devuélvelos al pueblo.

 

Y es que jamás podrá ser grande un hombre

Sin el apoyo generoso y noble

De un pueblo que le da poder y trono.

 

Por ello se como el  flexible sauce

Que de su altura baja y besa el cauce

Del rió que lo abreva sin encono