Tengo un noviembre, en las mangas
de ese chaquetón que no me regalaste,
y que cubre las arrugas de mi mirada.
Mi mirada Huelva mía…tu mirada …
Tengo un “montón” de historias que maldicen
los escombros que bajo las alambradas duermen.
Me calzo piel de caracola y arena.
Me lavo con la espuma del atlántico.
Tengo algunas derrotas que gritan mi nombre
con la voz de sus latidos,la luz de sus latidos;
razón que resuelve mis días de hambre.
Me entrego en cuerpo cada mañana,
a la cura del borde de la vida sin futuro.
Me maquillo de café el corazón
mientras se tapan los oídos algunas moscas.
Para cuando camino hasta abril
llevo un bolso de vocablos casi mudos…
También vuelo por los horizontes en una nube
Y voy cruzando los cielos de los vencidos.
Y la casa gris de mi alma la pinté de azahar
porque para tener luz hay que mirar hacia donde la sal…
Antonia Ceada Acevedo