Hace ya muchos años sucedió
una historia que nunca olvidaré,
esta noche mi corazón tembló,
al recordar a la mujer que amé;
Yo recuerdo aquella hermosa niñez,
que transcurría con normalidad,
recuérdo verla por primera vez,
radiante y llena de felicidad-
No había visto hasta entonces tal belleza,
que me haga sentir mariposas,
y perder por completo la cabeza,
al sentir el perfume de una rosa;
No evite perderme por un momento,
en el paisaje de sus ojos redondos,
me parecía salida de un cuento,
y se me escapaban suspiros hondos;
Quién habría podido imaginar,
que después de tanto tiempo sin verla,
la mujer que me pudo enamorar,
frente a frente, otra vez pude tenerla;
Mi amor le declaré mediante carta,
fue a buscarme una tarde ¡cielo santo!,
di un brinco, al verla, !casi me infarta¡,
le dije, pues; te estoy amando tanto;
Ella dijo; en ti pondré mi confianza,
y cuidarla dependerá de ti,
-así lo haré- le dije sin tardanza,
confiaré en ti, confiarás tú en mí;
Recuerdo también aquel primer beso,
!cómo olvidar ese instante de gloria¡,
en que pronunciamos nuestro rezo,
con los labios juntos en rogatoria;
Recordar esto, es causa de tristeza,
llegó el día que no nos esperábamos,
la tormenta nos tomó por sorpresa,
y en un mar de llanto nos ahogábamos;
Ya no eras la niña alegre y risueña,
y yo no era más un hombre feliz,
aunque de mi corazón eras dueña,
te arrancaron mi amor de raíz;
Finalmente supe que te casaste,
y olvide por completo las promesas,
dije -ya en otro amor las encontraste-,
pues -sé feliz en la vida que empiezas.