Esa, tu existencia,
que en mí vive.
Que siento.
La que extiende
mi vida, mi existencia.
Tu existencia, que me fortalece.
La que no me hace desfallecer,
ante los horrores cotidianos.
El saber y tener en mi alma,
camino por la vida con pasos seguros.
Si tropiezo, me levanto,
y continúo caminando,
aunque piedras encuentre...
Los obstáculos, ante tu existencia,
los evado, los supero...
Por mi fe en ti y en Dios.
Tú, mi amiga, con tu existencia,
alimentas la mía.
Dios, con su presencia,
nos alimenta a ambos,
con su eterno amor.
Tu existencia me da optimismo,
aún en los momentos
más difíciles de mi existencia.
Quiero guardarte siempre
en mi alma, porque si no te tuviese,
otra mi existencia sería.
Antes de conocerte,
era yo otro hombre.
Taciturno, serio, teniendo
los demás el concepto
de que siempre estaba enojado.
Tu existencia, me ha cambiado.
Si no estuvieses en mi existencia,
no sería ya este que hoy soy.
Un hombre con deseos de vivir.
Antes de conocerte,
la muerte me atraía.
Sentía en mi interior,
que ella me llamaba,
y que yo deseaba ir
hacia su encuentro.
Todo hoy ha cambiado.
Miro la vida de otra manera.
Como siempre hubiese
tenido que ser.
No te tenía a ti.
Ahora, tu existencia
está presente en la mía.
A veces física, a veces alejada,
pero siempre tu existencia
vive en mí. Cercana o lejana,
no importa. Lo que importa
es mi cambio. Mi necesidad
de vivir... sin la idea de
dejar de existir.
Me aferro a tu presencia,
abrazo tu existencia...
Quiero retenerla,
para continuar siendo feliz.
La felicidad es tan
difícil de lograr...
pero mi alma siente deseos de vida.
De compartir, de soñar, y sobre todo,
de amar... a ti, y a todo ser del planeta.
Siempre amé así, pero tú
en mi vida no existías.
Me aferraba al amor de Dios.
Ahora, los tengo a los dos.
Los observo, los escucho,
los abrazo, los amo.
Tu existencia... nunca dejes de existir...
ella, unida a la mía,
me dan ganas de vivir.
Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto - 07/04/2013)