Sonidos del alma y el corazón
Qué mal he hecho yo para merecer este dolor
Me cambió el alma, por dentro de negro el color
No sé por qué guardo este rencor
Nadie escucha a los inocentes
Pero entienden a los culpables
Nadie escucha los sonidos de los inocentes
Pero creen las mentiras de los culpables
¿Por qué habrían de escucharlos?
No tienen motivos para hablarnos
Pero son los sonidos del alma y el corazón
Lo que nos hace recobrar la razón.