Carlos Fernando

Y yo me pregunto por qué

Y yo me pregunto: por qué

si tu palabra certera

afirma, que al cumplirse

el tiempo de la espera

-que para ti nada es-

el hombre ha de llevar

en vez, de su brutalidad

insana, de la fiera

que de moral no sabe

ni entiende nada.

De la piedra que grabó

tu mano con Leyes

Universales de tu voluntad

Suprema. En corazones

de piedra que tu mano

harían de carne, por el poder

de tu Espíritu las grabarías,

sellando tu nuevo pacto.

 

Qué ha pasado, que los

días, y los meses corren,

que "tus emisarios" salen

por las calles con

entusiasmo profundo

a recorrer por el mundo

llevando tus buenas nuevas,

y la gente "se convierte"

con una intención "sincera".

Y después de una larga espera,

nada sucede, en corazones

de piedra, en manos que

siguen atadas, en pies

que de estar encadenados

por un tropel de opresores

que por siglos los subyugan

a estos, a sus ancestros

y por lo que puede verse,

también a sus sucesores.

 

Qué es lo que falta me

pregunto, para ver hecho

realidad lo que solamente

han sido promesas, de libertad.

De qué tipo de basalto,

de granito, o diamante

en bruto está hecho el

corazón de los hombres que

aun las Aguas Celestiales no

logra despedazar, y aun

impide el cumplimiento

de tu promesa. No así con tu

misericordia, porque vaya,

¡Qué paciencia!, que le has

tenido a los hombres,

empeñados en irte en todo

a la contraria, que se roban,

que se matan, que codician

de lo ajeno, aunque lo suyo

sea bueno, piden más y no

se sacian. Que levantan de

madera hechos sus falsos

dioses de talla, que tienen

boca y no hablan, con oídos

que no oyen, que tienen pies

y no andan. Pero que igual

se les postran por delante y

les sirven con sus más profundas

fuerzas. Pero no honran

ni a su madre, y que

a la viuda maltratan.

Que no guardan

como has mandado, el día santo,

y apartado que en tu Ley

encomendaste. Ni se apartan

de buscar sus ambiciones

en un día tan especial,

y hasta lo cambian de turno.

Unos por edicto real, otros que

porque a Saturno honra, otros

al día dedicado al Sol lo tornan.

Y otros en día de invocar la Luna,

convirtieron tu reposo

en día de "santa" fortuna.

 

Y si de robar se trata: pues

ha robar que se ha dicho.

Y del alto mandamiento

hacen mixtura entre mentir

en tu Nombre, y en dar falso

testimonio, en usarlo para

usura en citar como Escritura

aquello no fue escrito

por tu voluntad, dictado,

diciendo: "así está escrito",

-o al menos así ha quedado-

Adulteran, lo mismo con 

mujer ajena, que con el

dogma pagano, con la apóstata

conducta, sincretismo que

abominas, y todo lo distorsiona

en engaño, ocultando la Verdad.

Para que todo hombre lego,

dando palos como ciego guíe

al que también ciego está.

Llevándolo a Satanás.