Adolfo Lisabesky

Manos como anclas

Nada es lo mismo, todo ha cambiado.

Los paraísos soñados, las realidades,

los amigos, nuestras pequeñas vanidades.

En cambio tus manos no han mudado.

   

Las promesas, la sal de la ensalada,  

nuestras almas livianas, los armarios,  

el mar en tus ojos, los diarios.  

Pero tus manos siguen siendo tan blancas.

   

Las mismas calles que entre sus ruidos  

nos veían vivir, reír y pasear por la urbe  

hoy se esconden cansadas tras las nubes  

Tus manos reflejo fiel de lo que fuimos.    

 

La sorpresa a la vuelta de la esquina,  

los desiertos lejos de nuestras vidas  

las esperanzas agolpadas nos perseguían.  

De todo aquello sólo tus manos y mi herida.    

 

¿Bastan tus manos frágiles  

para soportar lo que no somos?    

 

¿Serán tus dedos, cómplices sordos,  

de esta loca y desastrosa vorágine?    

 

http://perrosdepaja-angel.blogspot.com.es/2013/03/manos-como-anclas.html