Mi vida se reflejaba en tus ojos
y la luz se escapaba por tus pupilas.
-¿Qué es la vida?- hermosa me dijiste.
Respondí tan sólo -Amor y fantasías-.
En ese juego de reflejos de tus ojos y mis ojos
que alegremente jugábamos cuando nos veían,
intrigada preguntaste si acaso somos todos,
parte de algo mucho más grande que la vida.
No supe responder y ni estaba seguro
de aquel tema tan desconocido y trivial;
tan solo respire, vacile un poco
y sentí algo así en el alma ¿lo recordarás?
Fue aquella vez que mire tus ojos
y lentamente con mis manos los cerré.
Sentí esa paz en el alma y en la mente,
como la que tú sola sientes amor, cuando me ves.
Después cerré mis ojos y me acerque a ti;
estábamos frente a frente a ojos cerrados,
no sé cómo lo supiste ni cómo conectamos,
pero sentí aquel húmedo roce de labios.
Aquel tierno beso tuyo a ojos cerrados
que nos mató por instantes para juntos renacer.
Una vez dijiste -Acompáñame en el viaje-.
-¿A qué viaje te refieres?- respondí deprisa.
Aclaraste tú -Ese que no quiero que se acabe-.
Suspire yo -Aquel hermoso viaje que es la vida-.
Sentí de repente la duda apoderarse de mí,
busque respuestas en los astros, en los cielos.
No sabía que se hallaban siempre junto a ti,
justo cuando suspiraban mis labios tus besos.
-¿Qué es la vida?- otra vez dijiste
y de nuevo vacile con un respiro.
Esta vez te respondí, cariño
-La vida es tan solo lo que ya viviste-.
Salió de tu boca -Eso no me complace.
Yo ya sé que es lo que ya viví,
para mí la vida es algo mucho más grande,
para mí la vida es lo que aun no conocí-.
Y añadiste -Lo que más aspiro
es conocer lo que aun no conocí-.
Te dije -Amor mío entonces la vida
son nuestros sueños y deseos del vivir-.
La vida es amor y fantasías.
La vida es conocer y darte a conocer.
La vida son los sueños, los deseos, las caricias
que tú me das amor, cuando me ves.
Pero realmente no logro responder:
¿Qué es la vida?
¿Qué es el amor?
¿Qué es la fantasía?
¡Ay cariño! ¿Qué eres tú? ¿Qué soy yo?
Tan solo actores del amor y de la vida,
mientras la fantasía se apodera
de nuestros sueños y deseos.
¿Qué más da? ¿Quién lo diría?