No dudo sino acepto,
No me confundes,
Cojo carrerilla, escucho,
No me atormento, aguanto,
Tanta envidia todo lo corroe,
Cansa mi alma y trepo
Por encima de este instante,
Me aíslo con una sonrisa,
Me aburre, perder el tiempo
En montañas rusas, sentimientos
Que se desahogan con la boca abierta,
Balbuceando en aptitudes, rígidas
Verborrea sin sentido,
Aparentando normalidad,
Y demostrando patética sordera,
Sin alma, coraje,
Que coraje, escapando
Que escondéis con tanto ahínco,
Algún vestigio de sensibilidad,
Quizá estáis rodeados de carroñeros
De ojos hambrientos de desdicha,
Miedo o vergüenza,
Por dios mostrarla,
Parecemos estatuas, donde está el guardia,
Qué pasa con vuestras mentes,
Tan exigentes,
Si os contentáis siempre,
Con las sobras,
Cobardes.