Melyllo

A LA PENCA CANARIA

Quiero dedicar al tuno

un poema en su memoria

por ser el manjar, la gloria

del que comer nunca tuvo.

 

Gracias mi tunera amiga

por regalarnos el fruto,

tú llenaste la barriga

desde el más sabio al más bruto

en los tiempos que no había

nada que echar en la boca.

Culpa de una guerra loca,

que entre españoles se hacía.

 

Luego vino la mundial

y te portaste igual,

de una forma muy sencilla

se aprovecharon tus pencas

para sembrar cochinilla

y fabricar colorantes

de manera natural.

 

Porretas e higos pasados

de la penca y de la higuera,

el queso y gofio amasado,

todo aquel que los tuviera

era un ser privilegiado.

 

Recuerdo que muchos chicos,

aprovechando la lluvia,

íbamos a "esmondigar"

esto era un arte, pelar

los tunos llenos de picos

tan solo con el pulgar.

 

Ahora estos son caprichos

que se comen por placer,

nadie los quiere coger,

pues le temen a sus picos.

 

Pero, cuando están barridos

y frescos de la nevera,

amigo mío, ya son lujos

que no los tiene cualquiera.

 

Mel