Por qué… por qué…
por qué momentos así…
por qué esa insistencia
de hacerme sufrir…
fueron muriendo los minutos…
y fraguando el “ya no”
se decapitaron los sueños…
y me rasgaron de nuevo…
y es que ¡no pido más para mí!
tan sólo mi lugar,
ése que no pedí yo
y que la vida me otorgó.
No pido nada más.
Sólo un beso esperaba…
un abrazo que viajara…
y también se quedara…
en una distancia prometida…
de un presente que lastima
de un “no poder cambiar nada”
porque aunque cielo, tierra y mar
nos separen, seguiremos unidos
sí, extrañamente unidos…
y yo acá, ahora maquillando sentimientos…
para alivianar este tormento…
porque debí callar para no lastimar…
…son equivocaciones que debo perdonar…
Dios, dame paz y consuelo…
porque amo sí, amo y el amor duele…
ahora emprendo de nuevo el camino…
sin ti, sin él, sin ella…
sintiéndome sola… siempre sola…
y aprendiendo otra lección de la vida
porque apenas la estoy entendiendo:
“Ya sé lo que no debo hacer
sí, para que mañana
ni una lágrima por mí ellos vayan a perder”