carminha nieves

INFELIZ MODERNIDAD

 

 

La vida se complica, mientras avanza la edad, se mueren los médicos que nos atendieran toda la vida, así como dentistas, amigos que ayudaban cuando teníamos que tener una opinión desinteresada. Todo cambia y nos sentimos descalzos en medio de lama, resbalamos sin tener a quien sujetarnos. Me siento sin  la confianza de ellos.

Sí, todo es nuevo, todo muy cambiado, incertidumbre, miedo e un poco de rechazo, a  los nuevos doctores. Por un lado miedo al desconocido, por otro pensando que nos van a timar en el buen sentido de la palabra, todo son facilidades, pero quien se perjudica no son ellos. Solo máquinas, solo exámenes, cogiendo radiaciones, por todo y por nada. Lejos va el tiempo que los médicos con sus manos sabían.  Las medicinas cambiaran, hacen bien a todo desde callos hasta  al hígado y todos hacen mal a muchas cosas.

Tecnología fría   impersonal,  el enfermo es un número, nada más. Por suerte no estoy enferma, solo rutina e estoy tomando miedo, de hacerla. Palabras caras, extrañas, lo que ponen en sus pareceres. Un mundo de ganar dinero, es lo que pienso. Y no me gusta nada. Pobres jóvenes, que tienen que confiar e se van de cabeza, haciendo todo lo que le mandan.

Sería bueno que no solo el paciente firmara  el permiso, el medico también tendría que hacerlo, poniendo lo que va hacer y las consecuencias.

Sin confianza en casi nadie, busco  los mayores, con experiencia  para no arrepentirme de ir al médico. Triste, no ser como antes, que confiaba y sabía que no era el dinero, pero el paciente que  era importante.

 Siempre igual hace un montón de años, ahora  indecisa, pues son multinacionales, todos enchufados con acuerdos. Me mandaran  hacer un tac a las encías, pues quieren ponerme in implante, yo no quiero  no lo hice. Así está todo en este santo y viejo País,  un número tenemos  para pagar impuestos y poco más.

Enredada en mis decisiones difíciles de tomar, ando, ya no hablando de cosas que son irreales. Pesadillas, despierta, sin entender la causa, de tanta inquietud, sin pedirla. Ni una sinusitis curan, los medicamentos sencillos, ya no hay. Eran baratos, no sirven, pues no dan ingresos. Busca  insana en tiempo, nuevo ¡e tan cerca do de antes!

Hasta el tiempo, no está igual, será moderno. Ni verano, ni primavera, solo otoño e invierno, si es  esto que decían, del calentamiento, no se escribir ni leer. Analfabética de todo. Ya he visto   nieve, pero el panorama que el telediario enseña  hoy nunca he visto nada igual.

Ando media perdida en este siglo, cosas raras pasan todos los días, el hombre ha cambiado, están quedando sin sentimientos, la política es una mezcla de palabras sin sentido, sin finalidad,  solo, hablar e no tener voluntad propia. La justicia es lo que el juez quiere, el mundo está hecho un montón de  mentiras, de falsedades, insultos y lo peor, se termina el sentido de la familia, la base de cualquiera sociedad en su verdadera  acepción de palabra.

Que será el mañana,  no creo que  vuelva a ser algo que deseemos con confianza.

Oyendo el canto ritmado de la lluvia en los cristales, pienso  como y que hacer, sin ser engañada, dando a ganar sin necesidad   dinero,  a quien ni me conoce.

Mientras pienso, deseo volver hacia atrás, cuando todo era más humano y sencillo. El nada que era antes, un gigante es ahora. Lo presentan a sí, para  timar y ser dioses, del saber.

Si algo no corre bien oh se nos engañan, como siempre: “la culpa murió soltera y la disculpa fue al entierro.”

Un alfiler, se transforma en un poste, de alta tensión,  Ni tazas para desayunar, hay, solo  tazones. Se marchó la delicadeza, en todos los sentidos. De seda se ha pasado a  arpillera en todo, mismo en  la convivencia diaria.

Modernidad, sinónimo de  complicación. A mí no me cogen en su tea de gano fácil. No faltaría más, por ahora aun mando en lo que soy como persona.

Oporto, 7 de Abril de 2013

Carminha Nieves