“A menudo te despiertas y tu día oscurece, tu ánimo se cae al suelo para que le pises, la mirada se fija y la boca se mueve, intentando tragar esa saliva que sabe a sentimiento. Pensamientos abismados, repletos de defectos e incongruencias, gratuitas tal vez o quizás ganadas por voluntad propia”.
Bugues.