Dulce trinar y encanto, imitas la mañana de mis momentos más gratos,
Tenue y ligero arrullar, estas a mi lado con un simple respirar,
Como es posible conquistar, tu majestuoso delirio
Como es indigno mis palabras, sobre tus instintos benignos...
Tengo en mi mente una satisfacción de escribir versos por tu razón,
tengo una agonía que es transformada por tu causa en felonía de alegrías,
Logras mitigar cual tristeza consumía todo mi ser,
Logras saciar mis más exigentes gustos del desamor al querer...
Y es porque tu amistad es signo de lealtad,
y es porque tu compañía es dote de majestuosidad,
A quien podría esperar, si no es más que tus palabras,
que consumen en totalidad la tristeza que conllevaba en mi triste caminar...
Y es por esto que declaro mis más sinceros deseos de tenerte presente,
y es por eso que mantengo mi postura de quererte,
Aunque las malas interpretaciones hablen cual bípedas amargas,
Aunque la historia se interponga y desee que eso termine...
Doy mi último suspiro, y en el, tu nombre forjado por la necesidad de no llorar,
Doy mi última declaración, y en ella, mi estampa de serte leal,
Seremos como perro y gato e incitaremos el juego,
Pero la verdad es que no habrá mejor momento que el que comparto hoy contigo...