El verdadero amor no es aquel incondicional, que se entrega por encima de todo y nos arrastra como un vicio sin pedir nada a cambio, eso es solo sacrificio. El verdadero amor no es uno que ama y otro que se deja amar, eso es solo resignación... y cual pedazo de carbón se agotará la única flama al no avivarla la pasión. El verdadero amor no puede ser unidireccional, debe ser compartido, debe fluir por igual en ambos sentidos, con la misma intensidad y con tanta comunión de cuerpo y espíritu, que al final se confunda en uno solo, !el tuyo y el mío!