Estoy cansado de la vida intermitente;
De los retornos inconclusos;
De los mismos árboles de color de mariposa,
Y el mismo aire con sonido de ave silvestre;
De caminar a base de suspiros esperanzados
Y abriéndome los pasos entre la niebla espesa.
Tantas veces he corrido por estos senderos,
Hasta el grado de tocarlos con la memoria.
Tantas veces he corrido por estos caminos,
Con los ojos frescos, fijos en la vereda;
Con pensamiento delirante, fijo en una promesa;
Con recuerdos vagos de una rutina;
Con deseos descabellados de acariciar tu espejismo;
De retroceder a tu sonrisa; cuando vencí mi tristeza.
Es el aire de este bosque oscuro; de este lúgubre sendero;
El que me incrusta el deseo de besar tú belleza,
Aún cuando sé que en los sueños está tú presencia.
Es por el ambiente de este extraño campo donde camino;
Aquí; un durazno puede tener sabor de manzana
Y tus labios pueden tener exquisito sabor de vino.
Lo sé; todo es extraño porque tan solo me lo imagino,
Porque la realidad es que el durazno sabe a durazno,
Y la verdad es que a miel saben tus labios.
Héctor Humberto García Herrera