Suelo callar a solas,
a veces tanto
y por tanto tiempo
que se me entume la lengua
y con ella la voz.
En contraparte,
hay ratos desosegados y de muchedumbre
en que no paro, que no callo
aunque la lengua se canse
y me den ganas de escupirle en la jeta
a ese comediante testarudo y presuntuoso
que estando a solas se caga en el pañal,
lo digo yo, que soy quien
le limpia el culo y la cabeza
una vez que empieza a oler mal.
Por eso me he propuesto hablar
más a solas
y menos con los demás.
En especial con vos, mi cielo,
en especial con vos.
Para ti mis miradas
que no se andan a tientas
y sabrás qué tanto te amo
en cada ahora
de cada día
y sólo por las noches
mientras duermo
tendrás que ser paciente
aunque me veas
retorcerme en pesadillas
hasta el momento de despertar.
Al resto del mundo,
a los burócratas y vendedores,
a los policias y ladrones,
a los cantineros y a mis empleadores,
tal vez un día de estos
les empiece a ladrar.
JCEM