Miré las bandadas de aves
regresar todas al nido,
con esa mágica clave,
de volar todos unidos.
Signo de la libertad
son las aves y sus plumas
instinto y divinidad
pintadas en las alturas.
COLIBRÍ y GOLONDRINAS
HORNEROS y GAVIOTAS
cuando la tarde declina
ya su presencia se nota.
TERO y las RATONERAS
TURPIAL y CARPINTEROS
alegran la tarde entera
con su vuelo tan ligero.
RUISEÑOR y PERICOS
con el MARTIN PESCADOR
vuelven la tristeza añicos
con vuelo esperanzador.
El vuelo del CARDENAL
Pinta de rojo el paisaje
La tarde se hace ideal
Para verles su plumaje.
Quisiera ser golondrina
tener su esencia viajera,
y así como ella me trina,
hacerlo yo en primavera.
El colibrí o picaflor,
es un arco iris alado
libando de flor en flor,
¡ Maravilloso legado!
Es el nido del hornero
de condición especial,
trabaja como un obrero,
sin descanso hasta el final.
Las gaviotas en su vuelo
desafían al oleaje,
y entre las nubes del cielo,
se pierden en el paisaje.
En días de primavera
las aves construyen nidos;
los hace la ratonera
de un árbol envejecido.
El tero al intruso aleja
volando lejos del nido;
desorientado lo deja,
gritando despavorido.
Amarillo como sol
y como el ébano, negro
son del turpial su color
ave que canta muy bello.
El pájaro carpintero
con su copete exquisito
taladra con mucho esmero
usando solo su pico.
El hermoso Ruiseñor
rey de las aves canoras
con su trino arrullador
la ternura nos aflora.
Ese plumaje bonito
en la espesura se pierde,
es el verde del perico,
dicharachero y alegre.
Ese rojo tan intenso
Con ese brillo especial
al mirarlo sólo pienso
¡Qué lindo es el cardenal!
Es el Martín Pescador
con su gracia y altivez;
famoso buceador
que sabe sacar su pez.
Autores Cristina Díaz & Alejandro Díaz