Guardaré mi corazón en un rincón que no llegue yo
Estará preñado de amor por vos, por tu figura
Tal vez, por el alma que aun no has mostrado
Lo tendré a mano para dártelo en cuanto aparezcas
Robaré la esencia de la verdad piadosa
Y callaré las mentiras necesarias de la vida
Impertérrita, tu mirada sabrá de qué hablamos
Y en los muertos anteriores rociaremos nuestros vinos
Intentaré cada mañana el preciado sopor de tenerte cerca
Para cuando te arrepientas de haberme amado
Para cuando descubras que puedes amarnos
Estaré siempre ahí, bajo el quicio de nuestro ingreso
Esperaré que traspongas el umbral certero
Y entonces, aunque quede poco tiempo
Será sólo un momento necesario para ambos
El perdón no existe entre nosotros, somos locos
Seré entonces el piadoso redentor de tus sentidos
Pagaré con mi vida el haberte deseado tanto
Y ese será el precio de haber sido otro
Vos lo sabes de antemano en cada abrazo