Cántame una balada
de prontas alas
¡exentas de penas… ambas!
sin averno ni holocausto
que leve de la nada
un gajo fresco de lavanda
y aromemos las distancias.
Susúrrala sin descanso
¡De tórrido beso… su llanto!
y anuda con ellas mi garganta
que la luna no significa nada
ya bebido el oleaje de tu alma.
Posa su lluvia en dulce gota
que del horizonte caída me provoca
y pende sus mentiras de mis labios
así en sus males, juntos, coincidamos.
Vísteme con tu piel para sentirte
como nueva forma de seguirte
o deja tus manos en baile por mi cuerpo
y levítame con ellas… si desfallezco.
El antes y el después...
¡ya no importan!
Si cantas que me amas
como a la primavera las rosas.
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Propiedad intelectual Lucero Moscoso
Bogotá D. C. Colombia.