Hizo una fiesta para mí
todos estaban riendo allí
todos a quienes quería ver
mire despacio, y no te vi.
Había una pista y tocaban salsa
un muchacho me invita a gozar a danza
me dio una rosa y sonreí
el tomó mi cintura con confianza.
Que ligereza tenía en sus pies
seguía el ritmo, y yo también
todos miraban con simpatía
y yo volaba en su instinto fiel.
De pronto me mira y me sonrojé
me conocía, y yo a el
algo en su cara me dio tristeza
una marca trazaba su roja piel.
¿Qué te ha pasado? Le pregunté
-salí confiado y me tropecé-
toqué su herida con la certeza
de que algo mío habitaba en el.
De pronto se apagan todas las luces
me observa con su mirada dulce
fue en ese instante que entré en razón
le estaba hablando a mi corazón.
Más bello de lo que imaginé
como es que pude serle tan cruel
era más rojo que la pasión
y ahora es blanco como el papel.
Solo le dije: perdóname
y salí corriendo no se por qué
pude sentir cuando una canción
quedó en el eco de aquel andén.
Yo se que voy a volverlo a ver
cuando esté ciega a más no poder
cuando haya un lobo en cada rincón
el no tendrá nada que temer.
Yo se que hay veces que me haces bien
eres tan puro como la miel
me cuestas más que cualquier mansión
pero lo vales en cada acción.
Entre las sombras de la estación
perdiendo el rumbo en cualquier tren
sigo escapando a mi corazón
cuando amanezca yo volveré.