Cuando por la noche el sol se ponía, el cielo quedaba taciturno, apagado y apenas iluminado por la débil y blanquecina luz de la luna.
En atardeceres, por un motivo que nadie ha explicado nunca, el sol oculto estaba tras el horizonte con más fuerza que otras veces taciturna
Se oyó un fuerte estrepito y mil pedazos luminosos, como soles diminutos, empezaron a subir al cielo y expandirse en todo el firmamento...la noche se pobló de luces.
Así nacieron ellas; las estrellas, noche estrellada, noche fresca,
noche lluviosa, noche silenciosa, mil noche con mil estrellas.
A medida que la noche pasaba, las estrellas se echaban de menos; querían encontrarse, se acercaban unas a otras…Coincidiendo en la línea del horizonte, donde habían empezado su viaje nocturno.
Desde ese entonces, cada noche el sol se rompe en mil pedazos, en mil estrellas, en un mil...cada día.